martes, 10 de julio de 2012

lunes, 9 de julio de 2012

Uterga

(22 km.)

El campo de girasoles... todos mirando hacia el mismo sitio, me hace pensar en una clase; tantas veces he escuchado lo mismo, que ahora, observándolos, entiendo... nos encantaría que nuestras clases fueran como un campo de girasoles. Pero me pregunto si hay alguien dispuesto a ser Sol.

domingo, 8 de julio de 2012

Trinidad de Arre

(15 km.)


El Señor del visillo no se escondió, nos saludó, nos preguntó, nos habló de lo que había visto en el parte, como si nosotros viniéramos de verlo también... y nos deseó ¡buen camino! Me encantó.

sábado, 7 de julio de 2012

Zubiri

(20 km.)


Brujas que encantaban los bosques, sin ser queridas... aquelarres y hoguera fue la combinación aprendida por lugareños, allá por el mil quinientos y algo.

viernes, 6 de julio de 2012

Roncesvalles

(18 km.)


Basajaun quiere decir "Hombre del bosque", y yo creo que eran hombres buenos. Basajaunberro quiere decir "Sitio de Basajaun". Todo esto nos lo explicó el señor del restaurante donde cenamos el menú del peregrino a las siete de la tarde.

jueves, 5 de julio de 2012

Orisson (Pyrénees)

(8 km.)


Tanta niebla... el árbol se acercaba y se alejaba casi al mismo tiempo.

Y después, como si no hubiera podido ser de otra manera, la niebla se deshizo y nos permitió pasar con los ojos al paisaje, increíblemente bonito, que teníamos delante... Sólo hubo que esperar.

miércoles, 4 de julio de 2012

Saint Jean Pied de Port

Todo empezó con un ataque de risa en el albergue de peregrinos de Saint Jean.
Bueno, no. Todo empezó cuando un tal Pelayo hace ya unos cuantos lustros (año 816), le contó al obispo de la zona (Iria Flavia) que él veía unas luces raras que salían del bosque. Se acercaron al lugar y voilà, un templete con tres esqueletos… uno de ellos, el de Santiago. Creo que en Francia dicen que el que lo encontró fue Carlomagno. Los descubrimientos, por lo visto, son así.  Hace poco más de un siglo se intentó ser científicos y rigurosos al mismo tiempo,  y comprobar si se trataba de Santiago. Y la conclusión, a base de dictámenes de investigadores,  fue que “no era temerario pensar que esos huesos habían pertenecido a los cuerpos del Santo Apóstol  y sus discípulos”. Y así, todos contentos.
Y tan contentos que se debieron poner los cristianos de aquella época con la que tenían montada con-tra los musulmanes (quienes por cierto, iban ganando).  Y así empezó el Camino de Santiago, parece que con algo de prisa, casi al mismo tiempo que se encontró la tumba. Por lo visto, unos de los primeros peregrinos fueron penitentes que tenían que redimir sus pecados.

Ha llovido mucho desde entonces, sobre todo en esta zona, y ahora hay tantas razones para hacer el camino, como personas echan a andar.


Saint Jean es un pueblecito muy mono, con aire de pèlerin.
Este día, la historia es de una escalera. Se encuentra cerca del río Nive. Ni se ve mucho, ni está escondida. Es muy discreta, parece paciente y cercana. Y también misteriosa. Puede que tenga unos veinte peldaños a la vista, no más. Lo curioso es eso, que el final de la escalera no se ve, que no sabes dónde llega. Es como si ella, siempre respetuosa, te animara a pisar sin miedo, y a caminar con confianza sin tener que pensar en lo que está por llegar. Para una peregrina novata, encontrarse con esta escalera ha sido lo mejor que podía pasarle en su primer día.
Otro guiño se lo llevan Luis y Carmen.